La REGIT reúne a expertos de distintas áreas y sectores, motivando la integración de conocimientos y metodologías variadas para resolver desafíos multifacéticos que no pueden ser resueltos eficazmente con enfoques disciplinarios tradicionales.

Las redes temáticas promueven la colaboración entre investigadores, actores sociales, instituciones, empresas y gobiernos, facilitando el aprendizaje conjunto y la transferencia ágil de conocimiento.

El funcionamiento eficiente está mediado por “hubs” (nodos centrales de actividad), los cuales contribuyen a innovar, a mantener la conectividad entre miembros menos vinculados y a acelerar la transferencia de resultados. Los hubs permiten la agrupación y coordinación flexible de equipos, consolidando un lenguaje común y capacidades adaptativas.

Es esencial la generación de consensos sobre los problemas a abordar y las estrategias de intervención, así como el aprendizaje mutuo entre la comunidad científica, los tomadores de decisiones y la sociedad civil, generando conocimiento robusto y socialmente relevante.

Las redes temáticas requieren de un contexto organizativo que priorice la bidireccionalidad en la comunicación, la equidad en la toma de decisiones y la responsabilidad ética, epistemológica y política en la investigación, adaptándose a necesidades locales y globales.